1º Premio: SARA
2º Premio: GRISTEA
3º Premio: Ex aequo ISABEL Y RAÚL
Los demás participantes han recibido un diploma con Mención de Honor, sobradamente merecida.
ENHORABUENA a todos y todas, sois estupendos.
El día 27 de enero vinieron a nuestra clase unos músicos que tocaban instrumentos de muchas partes del mundo. Nos explicaron que ellos empezaron tocando muy pocos instrumentos, pero al final se interesaron por más clases de música y que ahora tocaban muchos.
Ellos nos enseñaron que se podían tocar muchos instrumentos juntos y que sonaban muy bien, aunque procediesen de lugares del mundo muy lejanos entre sí. Vimos muchísimos instrumentos que nunca habíamos visto, nos quedamos impresionados. Tocaron instrumentos como el sitar, que es un instrumento de la india, estaba fabricado por una calabaza y un palo, tenía veinte cuerdas, pero las de abajo sonaban solas, eran cuerdas simpáticas. También nos tocaron un tres cubano, que era como una guitarra pero en pequeña. Un cuenco tibetano, que era como un cuenco normal de metal y era muy difícil de tocar y procede de Tíbet. Una darbouka, que se tocaba con las manos, del norte de África. Un digeridoo australiano, una flauta de Moldavia, un yembé… Había instrumentos muy raros como uno que parecía una “psp”, que fue lo que mas nos impresionó, y que se llama kalimba. También nos tocaron las arpas de boca de Asia y de América. Vimos unos instrumentos muy extraños que eran la fujara de Eslovaquia (que era una flauta muy larga) y también la flauta de Moldavia, que no tenía agujeros.
Los de la clase de al lado oyeron la música y vinieron con su profesora a escucharla. Nos gustó mucho a todos, los instrumentos que nos tocaron y la música fueron increíbles. Al terminar la clase le dimos unos regalos hechos por nosotros, eran unas latas decoradas y unos monederos muy bonitos hechos con tetra-bricks.
NOEMÍ
El taller de música hindú nos trajo además otras músicas del mundo. Como nos explicaron Manu, Juanfe y Kike, se puede hacer música reuniendo instrumentos venidos desde África, Asia, América, Europa y Oceanía. Porque la música es un lenguaje universal que toda la gente entiende, sin necesidad de traductores.
La música nos une y nos reúne, da lo mismo de dónde venga. Tampoco debe importarnos de dónde vengan las personas, basta con que sean buena gente. Lo que viene de lejos (sean personas o instrumentos) no debería provocar rechazo, porque conocer gente y música de otros lugares, mola. Y si no, a ver por qué un tres cubano, un sitar hindú, un cuenco tibetano, un digeridoo australiano, una flauta de Moldavia, una darbouka y un yembé africanos sonaban tan bien tocando juntos...