jueves, 25 de febrero de 2010

ACRÓSTICO

Primero vi veinticuatro sonrisas
Rizando el aire del aula.
Imaginé veinticuatro mariposas,
Memoricé sus nombres,
Enamoré a la tiza,
Rocé los verbos con mi varita mágica y
Olvidé que acababa de encontraros.

Ahora me gustaría no perderos ya nunca.

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Hoy, que no estaré con vosotros, os he escrito un poema. Es un poema con truco, fijaos bien: si leéis la primera letra de cada verso hacia abajo, descubriréis un mensaje cifrado, ¿a que sí?


Este poema está escrito en versos ACRÓSTICOS. Con esto se puede jugar muy bien: se elige una palabra, una frase, un nombre, lo que queramos; lo ponemos en vertical y luego vamos escribiendo los versos, que pueden ser más largos o más cortos, eso dependerá de lo que quiera el poeta. No es necesario empeñarse en que los versos rimen.
Probad a hacerlo. Elegid algo que no tenga mucha dificultad, una palabra, un nombre no muy largo... Una de las mayores dificultades puede ser que la palabra o palabras que hayáis elegido contenga alguna letra rara, por ejemplo la Ñ. Hay pocas palabras que empiecen por esa letra. En caso de apuro, podemos ir al diccionario a buscar palabras que empiecen por esa letra difícil.
Después de este ensayo de acróstico que os encargo, os pediré que escribáis uno sobre el nombre del poeta que estamos conociendo: MIGUEL HERNÁNDEZ (que contiene Z, una letra dificultosa...). Para ello, podréis usar todo lo que sabéis de él, lo que habéis leido en sus poemas, pero también podréis escribir un poema dedicado a su memoria y que hable de lo que queráis. Si alguien cumple la primera misión (el acróstico facilito) y quiere emprender la segunda (el de Miguel Hernández), adelante, sin miedo. Seguro que vais a escribir cosas estupendas.
Otros ejemplos de acrósticos, para que os inspiréis.

1 comentario:

aazniow