Érase una vez una madre que tenía una fiesta por la noche, pero ella no encontraba ningún vestido que le quedara bien. LLamó a muchas amigas para ver si alguna le podía prestar algo para ponerse. Una amiga suya fue a su casa y le dejó un vestido que le vino como anillo al dedo para la fiesta. Y fue la más guapa de todas.
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