Había una vez una niña que se llamaba Sofía. Todos sus amigos se llevaban genial con ella, aunque a Sofía le gustaba mucho contar historias alocadas.
Tenía mucha imaginación y todos los días sin excepción tenía una historia nueva que contar.
Un día se inventó una historia cuya protagonista se llamaba Clotarina, tenía dieciséis años; ella era muy aventurera y le encantaba encontrar animales y cuidarlos, a cada uno le ponía un nombre alocado. A un conejito le llamó Rapidolete, a una tortuga, Lentorta y así con todos.
Cada vez que Sofía contaba una historia alocada a sus amigos, se reían mucho y se lo pasaban en grande.
Raquel
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